Mi amiga especial

Estoy perdiendo contacto con mi amiga especial. Ya apenas hablamos. No contesta mis e-mails. Me tiene abandonado. Yo sigo sintiendo por ella la misma mezcla de tierna dulzura y salado semen, que he sentido siempre hacia ella. No puedo evitarlo. La veo sonreír y me la imagino desnuda, sudando, respirando fuerte, con gotitas de mi semen en sus muslos o en sus pechos.

Es la imagen que tengo de ella. Extenuada después de follar. Y cuanto más tierna me parece, más fuerte la follo en mi mente. Cuanto más dulce, más deseo correrme sobre su cuerpo. Cuanto más inocente, más necesito mirarla a los ojos mientras grita de placer. Soy muy obsesivo. Demasiado obsesivo. Y ella me está obsesionando. Deseo contemplar su cuerpo desnudo. Deseo fotografiarla, capturarla en un instante, para que ella y los demás la vean como yo la veo.

Y todo esto me lleva a pensar en mi cámara de fotos. Tengo una cutre-cámara digital. Bueno, realmente no es cutre. Como compacta la verdad es que hace unas fotos muy buenas. Últimamente estoy pensando en adquirir una nueva cámara. Una EOS 400 o una Alpha 100. Pero me echa para atrás el precio. No de la cámara en si, si no de los objetivos y complementos que necesitaría para hacer las fotos que veo. Y si no puedo hager esas fotos que veo en mi cabeza, pronto me cansaré de la cámara y se quedará en un rincón cogiendo polvo. Así que voy a intentar estrujar al máximo mi pequeña cámara digital, con el fin de tener algo más de confianza para realizar la inversión.

Por eso el otro día me apeteció hacerle fotos a mi polla. Tiré unas cuantas series de las que valen la pena 3 o 4 fotos. Una es la que publiqué el otro día en el blog. A ver si me animo y sigo tirando fotos por aquí y fotos por allá y un día le tire un par de fotillos al cuerpo desnudo de mi amiga.